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Protocolo de Actuación ante el Acoso

En la Asociación Deportiva Cultural San Fermín queremos difundir e inculcar los valores del deporte que pensamos que suponen un aprendizaje y una extensión para el funcionamiento de nuestros jugadores a lo largo de sus vidas. Valores como el respeto, el compañerismo y la empatía, entre otros, marcan la columna vertebral en el desarrollo social e interpersonal; por ello, es fundamental cercar e intervenir con rapidez ante cualquier sospecha de la existencia de acoso entre los jugadores de nuestra escuela de fútbol.

Consideramos que la atención en este tema ha de dirigirse tanto a la víctima como al victimario, ya que los efectos del acoso no son perjudiciales exclusivamente para el acosado, que lo es por razones obvias, sino también para el acosador, pues de no ser erradicada con solvencia dicha conducta antisocial puede desembocar en consecuencias de extrema gravedad para su vida, pudiéndose perpetuar. De ahí que, aunque se trata de un comportamiento que no ha de quedar impune, siempre es recomendable realizar una intervención educativa.

La erradicación de los casos de acoso mejora notablemente la calidad de la convivencia dentro de los grupos. Por este motivo se realiza este protocolo, cuyo objetivo es la detección, evaluación e intervención para intentar conseguir una escuela de fútbol limpia de cualquier tipo de violencia. Cabe destacar que la persona de referencia dentro del club para la comunicación de los casos de acoso será el psicólogo y, en su defecto, el director deportivo.

En primer lugar, vamos a tomar prestada la definición del protocolo de acoso escolar de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, adaptándola a nuestra escuela de fútbol. De esta forma, se considera acoso “toda actuación repetitiva, continuada en el tiempo y deliberada, consistente en agresiones físicas o psíquicas a un niño por parte de otro u otros que se colocan en una situación de superioridad”.

 

Detección:

El niño víctima de acoso puede presentar ciertas resistencias a la hora de comunicar su situación. Por ello hay que extremar las medidas y facilitar todo lo posible la comunicación ante las sospechas de la existencia de un caso de acoso. De esta forma, la detección de los casos se puede llevar a cabo mediante varias posibilidades:

– Por un lado, el propio niño acosado mediante comunicación directa a su entrenador o a cualquier otro miembro del club de forma personal.

– Por otro lado, el propio niño acosado mediante comunicación indirecta mediante cualquiera de los medios facilitados por el club para tal fin, entre los que se encuentran: correo electrónico o buzón de comunicaciones en el vestuario.

– Existe la posibilidad de que el niño, como ya hemos dicho, no se atreva a comunicarlo, por lo que los propios compañeros, los entrenadores pertinentes o cualquier otro miembro del club han de extremar la vigilancia y la observación para poder comunicar las sospechas de casos de acoso mediante cualquiera de las vías anteriormente citadas (personalmente, correo electrónico o buzón de comunicaciones).

– De la misma forma, los padres y demás familiares de nuestros jugadores, también podrán hacer llegar cualquier sospecha al respecto siguiendo las mismas vías de comunicación.

– Por último, el club dispone de un test de detección de casos de acoso, facilitado por la Federación de Fútbol de Madrid, que han de completar los jugadores de la escuela anualmente, permitiendo focalizar la atención en aquellos niños que lo estén sufriendo sin necesidad de que exista ningún tipo de comunicación verbal. Una vez recibidas las sospechas o comunicaciones de acoso pertinentes, se procederá a la convocatoria de una reunión entre el presidente del club, los actores implicados (supuesto acosado y supuesto acosador), el entrenador, el director deportivo y el psicólogo, de la cual se extraerán los primeros datos para iniciar la evaluación detallada del caso. Además, se establecen los primeros puntos de actuación como son dar protección al supuesto agredido, así como informar de lo nocivo de su conducta al supuesto agresor y advertirle de las posibles consecuencias.

Es importante resaltar que, ante la mera sospecha de un caso de acoso, el protocolo se pondrá en marcha y los miembros del club anteriormente citados iniciarán las actuaciones pertinentes descritas a lo largo de todo el documento.

 

Evaluación:

Ante la sospecha de la existencia de un caso de acoso, y con el fin de ajustar la intervención lo máximo posible a la gravedad de la situación si finalmente se confirma, se llevarán a cabo principalmente dos medidas:

– Observación de campo llevada a cabo por miembros del club con el fin de recoger información detallada y de primera mano de la realidad del grupo donde se está produciendo la situación de acoso.

– Entrevista con el psicólogo del club con aquellos actores implicados directamente y/o con los que pudieran considerarse oportunos para el esclarecimiento de los hechos.

Cabe destacar que, aunque el objetivo es la tolerancia cero con este tipo de casos, no todos son iguales ni en fondo ni en forma. De ahí la importancia de la evaluación, pues de toda la información extraída en este apartado se podrá categorizar la gravedad del caso en cuestión, pudiendo dividirse en leve, moderado y grave.

Si se produce la confirmación del acoso, el club informará inmediatamente a los familiares de los jugadores implicados sobre la situación y las medidas e intervención que se van a adoptar.

En función de la tipificación del caso de acoso se procederá a realizar la intervención pertinente, las cuales se detallan en el siguiente apartado.

Intervención:

Como antesala de cualquier sospecha de acoso dentro de los grupos de jugadores que conforman la escuela y antes de cualquier tipo de actuación derivada de la confirmación de algún caso, se lleva a cabo el apartado de prevención en cada uno de los equipos de la Asociación Deportiva Cultural San Fermín. A este tipo de actuación la hemos llamado prevención primaria.

Dicha prevención consiste, en primer lugar, en un estado de vigilancia y observación continuo y estrecho de los jugadores, para poder advertir posibles señales de alerta, como pueden ser lesiones físicas, cambios de humor, sustracción de material personal o ausencias prolongadas sin motivos aparentes.

A esto hay que añadir un trabajo grupal y un mensaje continuo por parte de todos los miembros de la entidad en el que se inculquen los valores sobre los que se construyen el club, como son el respeto por los demás, el trabajo en equipo, el compañerismo, la empatía y la resolución de conflictos, entre otros, por encima de cualquier resultado deportivo.

El siguiente escalón en lo que a actuaciones se refiere se pondría en marcha una vez confirmado algún caso de maltrato en concreto, ya sea físico, verbal o psicológico, pero que haya sido evaluado como algo puntual. En estos casos se ha de intervenir de manera inmediata y contundente.

Este tipo de actuación se denomina prevención secundaria y consta de una explicación al grupo sobre qué es el acoso, quiénes participan, qué lo causa y cuáles son las consecuencias para todos los implicados.

Por supuesto, la observación también forma parte de este apartado, así como un trabajo especial con el grupo en el que se trabajen aspectos tales como la cohesión, la diversidad y la integración, si se trata de un grupo de riesgo donde esta situación se puede perpetuar.

Los padres o familiares responsables del menor serán informados de cualquier conflicto que haya tenido lugar. Por último, ante la confirmación de un caso de acoso tal cual se ha definido con anterioridad, se procederá a la actuación denominada como intervención.

Dicha intervención consta de la apertura de un expediente disciplinario, así como una entrevista con los actores implicados por separado y los posibles testigos que pudieran existir, con el fin de conocer las causas del origen y del mantenimiento del problema.

De la misma forma, se procederá a la protección del menor acosado, así como a la sanción del acosador (si es posible siempre se tomarán medidas educativas, pero sin descartar cualquier medida disciplinaria severa, como la expulsión del club, si la situación se considera de extrema gravedad).

De igual forma que en el apartado anterior, los padres o familiares encargados de los menores implicados serán informados y se mantendrán al corriente de la situación y de las actuaciones que se vayan adoptando en todo momento.